lunes, 9 de agosto de 2010

7º Capítulo. El hospital.

Venia Alex, el incordio, puede dejarle atrás, gracias a Samantha y a Estrella que le entretuvieron.
Seguí andando, pero no iba muy bien, después de beber varios cubatas, así que tenia que ir con cuidado. Llegué a un descampado donde Alberto y Saray siempre hacían botellón, y sí me los encontré allí.
Pero no bromeando como siempre, estaban, besándose, así que preferí dejarlos a solas, no quería interrumpir.

Me fui para otro sitio, y me di cuenta de que en mi mano seguía teniendo un cubata bien cargado de whisky, me paré en un banco y me le bebí de un trago, empecé a notar aquel ardor por mi garganta. Me senté, se me iba la cabeza entre el sofoco que tenia y el pedo que llevaba. Cuando creía que se me había pasado, me levanté, veía borroso.

Empecé a caminar, pero iba haciendo eses, no podía seguir más, me senté en el suelo e intenté mirar la hora, pero no veía nada, solo a unas personas que venían corriendo hacia mí, en ese instante deje de ver.

Al día siguiente me levante en el hospital, no podía ser, ¡¿Qué había pasado?! , no me acordaba de nada, solo tenía un grave dolor de cabeza. Miré a mi izquierda, allí estaban, David y Aitor mirándome. Intenté sonreírles, pero yo sabia que no podía sonreír, aun me acordaba de aquel beso. Así que miré para otro lado, iba a romper a llorar al recordarlo.
En un momento, David le pidió a mi hermano que nos dejara solos, al parecer quería hablar conmigo, y yo con él, tan bien.
- ¿Por qué te fuiste de la fiesta anoche?
- A ti no te importo, así que déjalo. – en esos momentos no quiera recordar nada de anoche-
- No, no lo dejo, me importas y mucho y si yo quiero me preocupo por ti -en ese momento le miré con lagrimas en los ojos-
- ¿Y por que te fuiste tú el otro día cuando me vistes con Alex? –Ahí empecé a llorar-
- Por que… me entraron los celos. – en ese momento se acercó a mi y me susurro al oído “te amo desde el primer momento en el que te vi.” Y se apartó de mi-
No sabia que responderle.

Entró mi hermano y el medico, al perecer me dio un coma etílico no muy fuerte, y ya me podía ir a casa. Me vestí con las ropas de anoche y nos fuimos cada uno para su casa. Ahora no me atrevería a mirar a David a la cara.

Cuando llegué a casa, encendí el ordenador, Saray y Alberto me hablaron preguntando me que tal estaba, en ese momento estaba confusa, así que les dije que bien y luego lancé mi pregunta…

No me contestaron, más bien pasaron de contestar a tal pregunta, seria más bien por que, no querrían que se enterara la gente de eso. Pero deje de presionarles y bajé a la puerta principal, creo que quien llamaba no era Alex…

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