lunes, 9 de agosto de 2010

5º Capitulo. La reacción.

Cuando la conté que aun seguía sintiendo algo por Alex, me miró con cara de no saber que decir, aun que ambas sabíamos que pasaría si volvía con él, y yo no quería recordarlo ni volver a vivir lo que es ser una mujer “florero y cornuda”.

Empezó ha a anochecer, así que nos fuimos a cada una a su casa. Cuando llegué no me apetecía bajar a la cocina a cenar con todos, no tenía hambre después de lo ocurrido. Mi madre subió a mi habitación para ver si estaba bien, pero se fue rápido, apagué las luces de mi dormitorio e intenté dormir. Lo cual fue inútil.
Pasaban las horas y seguía sin dormir, entonces me di cuenta de algo… lo que sentía en mi corazón al recordar a David, no era… lo mismo que cuando recordaba antes a Alex o a otros chicos. Arg soy tonta me e vuelto a enamorar, encima de un chico del que ni si quiera mente le conozco. Por que, porque a mi.

Miré el reloj, era temprano, las nueve de la mañana. Decidí bajar a la cocina a comer algo, lo necesitaba, me comí una manzana y un vaso de leche y me dirigí al salón, lo cual me sorprendió al ver a mi hermano levantado y viendo la tele, era demasiado temprano para él, así que me senté a su lado sin decir ni una palabra y me quedé mirando a la tele como una tonta.
- Te gusta David – Me soltó de repente-
- Qué va tss, a demás tu que sabrás de mis sentimientos – Miré para otro lado para que no viera que estaba roja- Solo le quiero como, un amigo, sí, como un buen amigo.
- Ya, claro, ahora soy tonto. – Siguió mirando la tele-
Lo que había dicho de tonto, para mí si lo es, así que pasé de él. Me fui a dar una ducha fría y lo que viniera detrás, seguro que me lo esperaría.

Llamaron al telefonillo, yo ya había terminado de ducharme y ya estaba vestida y todo así que conteste yo:
-¿Sí? ¿Quién es?
- Esther soy yo, Violeta, la hermana de Álvaro ¿Te vienes conmigo a dar un paseo?
- Sí, ahora bajo.
Bajé corriendo a la calle sin preocuparme por las puertas abiertas y me fui con ella.

Estuvimos hablando de nuestros gustos y de las cosas que se tenían que desaparecer de esta urbanización, las dos coincidimos, las pijas. Nos reímos cuando las dos lo dijimos, pero no nos reímos tanto cuando nos encontramos con ellas, y menos con la más fuerte de todas, y desgraciadamente, mi prima Patricia.

Me llevó a solas, para intentar hablar conmigo, pero eso no funcionó, las dos sabíamos que tarde o temprano una hostia nos íbamos a dar una a la otra, y así fue. Por la ira que tenia en ese momento la pegué más de un puñetazo en la nariz dejándola en el suelo mientras la sangraba, mi castigo había llegado.
Me fui corriendo hacia Violeta y la dejamos allí, cuando pasó un poco de tiempo nos reímos pero nada más, miró al reloj, al parecer se la hizo tarde y se tubo que marchar, pero yo me quede allí, buscando una solución para quitarme el castigo y olvidarme por completo de Alex.

Sentí unas palmaditas en mi hombro izquierdo, me giré y era Alex, en ese momento me dije “otra vez el incordio” y esta vez no le sonreí pasé de él, pero él de mi, no.
Intentó otra vez besarme, me aparté lo más rápido que pude y cuando miré al frente estaba David, al parecer me quería decir algo, pero al verme así con Alex, decidió irse corriendo.
Me levanté y fui detrás de él pero su respuesta fue algo que a mi me dolió bastante, por que su contestación fue…

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